El merino es una raza de ovejas originaria del sur de Portugal. Esta raza es el resultado de la evolución de especímenes merinos que existían en el sur de Portugal en el siglo XX, donde predominaban los animales de color negro. A pesar de su origen, actualmente es en Australia y Nueva Zelanda donde se realiza su producción a gran escala.
Proveniente de ovejas con estas características, la lana merino es extremadamente suave, ligera y cómoda debido a la micraje, que es el grosor de la lana. Cuanto más baja sea la micraje, más fina y suave será la lana.
Las características más importantes incluyen:
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Propiedades antibacterianas y térmicas: Este tipo de lana no permite que la transpiración desarrolle olores, tiene la capacidad de retener la humedad alejada de nuestra piel y, por otro lado, mantiene la temperatura incluso cuando está mojada. También tiene la capacidad de proporcionar un mayor calentamiento durante el invierno y una mayor ventilación durante el verano.
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Suavidad, ligereza y comodidad: A diferencia de otras lanas, la merino es muy suave al tacto, no causa irritación ni picazón en contacto con la piel y brinda el máximo confort en cualquier situación, siendo ideal para personas con piel más sensible.
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Durabilidad y resistencia: Tiene características de durabilidad y resistencia para cualquier tipo de situación, manteniendo siempre su integridad y forma gracias a la elasticidad de sus fibras componentes. Estas fibras complejas que constituyen la merino, llamadas queratina, ofrecen una mayor capacidad para doblarse, flexionarse y estirarse en cualquier dirección más de 30 mil veces, garantizando una mayor estabilidad en la ropa.
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Sostenibilidad: Al tener solo propiedades naturales, biodegradables y reutilizables, respeta así las normas y valores de Ameias.